Por: Gloria Jordán de Pérez
Parashá Shelaj-Lejá Parte I(envía para ti)
Números 13:1-15:41
¿Cómo inicia esta parashá (Números 13:2)?
Inicia con la instrucción del Eterno: “Envía para ti hombres para que exploren la tierra de Canaán, que voy a
dar a los hijos de Israel…”
¿Qué nos revela la instrucción Shelaj- Lejá “envía para ti”?
Nos revela que el propósito de la misión de los exploradores de ir a reconocer la
Tierra Prometida era para el beneficio (la edificación) de los líderes y del pueblo. El Eterno conocía la tierra
perfectamente bien y había jurado en pacto eterno que la daría a los hijos de Israel. Juntamente con la instrucción confirma nuevamente su promesa: “la tierra… que voy a dar a los hijos de Israel.”
¿Qué podemos aprender acerca de su viaje?
Se piensa que los exploradores fueron enviados desde el norte del desierto de Parán (Cadesbarnea) a la Tierra Prometida el día 29 de Siván, ya que la Torá afirma que su misión fue durante 40 días, y piensan que los exploradores regresaron el 9 de Av (junio/julio).
¿En qué fecha piensan los estudiosos que los exploradores fueron enviados?
Números 13:20 nos informa que era la época del año de las primeras uvas maduras, que corresponde con el mes de julio.
¿Según Números 13:1-20, qué sucedió?
Los exploradores viajaron al extremo norte del valle de Jordán (Rehob), un total de 800 km, ida y vuelta.
El Eterno le dijo que enviara de cada tribu a uno que fuera hombre de autoridad. Moisés los envió desde el
desierto de Parán: Samúa, hijo de Zacur, de la tribu de Parán; Safat, hijo de Horí,de la tribu de Simeón; Caleb, hijo de Jefuné, de la tribu de Judá; Igal, hijo de José, de la tribu de Isacar; Oseas, hijo de Nun, de la tribu de Efraín ( a Oseas, hijo de Nun, Moisés le cambió el nombre y le puso Yeshoshua); Paltí, hijo de Rafú, de la tribu de Benjamín; Gadiel, hijo de Sodí, de la tribu de Zabulón; Gadí, hijo de Susí, de la tribu
de José (es decir, la tribu de Manasés); Amiel, hijo de Guemalí, de la tribu de Dan; Setur, hijo de Micael, de la tribu de Aser; Nahbí, hijo de Vapsí, de la tribu de Neftalí; Gueuel, hijo de Maquí, de la tribu de Gad.
¿Cuál era la misión de los exploradores?
Moisés les dijo: “Vayan por el Néguev y suban a la región montañosa. Fíjense en cómo es la tierra, y en si la gente que vive en él es fuerte o débil, y en si son pocos o muchos. Vean si sus ciudades están hechas de tiendas de campaña o si son fortificadas, y si la tierra en que viven es bueno o mala, fértil o estéril, y
si tiene árboles o no. no tengan miedo; traigan algunos frutos de la región.”
Aunque a los 12 enviados se les conoce como “espías”, la Torá no los llama así. ¿Cuál es la palabra más
apropiada para describirlos? ¿En qué difieren de espías?
La palabra más apropiada es “exploradores” y no espías. En Josué 2:1, nos revela que la misión de los
espías era secreta y ellos informaron únicamente a Josué (Josué 2:23-24). En contaste, la misión de los doce
exploradores no era secreta, y al regresar, entregaron su informe a toda la congregación.
¿Según Números 13:21-24, hasta dónde llegaron los exploradores y qué hicieron?
Los hombres fueron y exploraron la Tierra Prometida desde el desierto de Sin, en el Sur, hasta Rehob, en el norte, junto a la entrada de Hamat. Entraron por el Néguev y llegaron hasta Hebrón. Llegaron hasta el arroyo de Escol, cortaron allí una rama que tenía un racimo de uvas, y entre dos se lo llevaron colgando de un palo. También recogieron granadas e higos. A ese arroyo le pusieron por nombre Escol, por el racimo que cortaron allí.
¿Qué piensan algunos estudiosos acerca de la llegada a Hebrón?
Algunos piensan que sólo Caleb llegó a Hebrón.
No cabe duda de que para Caleb fue un momento muy emocionante llegar a Hebrón. ¿Por qué?
Caleb era hombre de fe y sabía que Hebrón era el lugar de sepultura de los patriarcas. Sabía que sus antepasados que estaban enterrados allí habían muerto en fe, firmemente aferrados de las promesas del pacto hecho a Abraham aquel día en Hebrón (Hebreos 11:13-16).
¿Más adelante, qué sucedió con Caleb y Hebrón? (Josué 14:6-15)
Su fe fue recompensada, pues Hebrón le fue entregado.
¿Cuán significativo es Hebrón, qué vimos cuando estudiamos Génesis?
Cuando estudiamos Génesis, vimos que Hebrón fue uno de los tres lugares en que el Eterno le juró a Abraham el pacto eterno: bendición para todas las naciones en su Simiente (el Mesías), descendencia innumerable como la arena del mar y las estrellas del cielo, y la Tierra Prometida en posesión eterna
(Génesis 13:18; 15:18; 17:7-8). Cuando murió Sara, Abraham compró la cueva de Macpelá y el campo (Hebrón) de los hijos de Het para sepultarla allí.
¿Cuál es la realidad de Hebrón hoy?
Hoy, Hebrón se encuentra en manos de los enemigos de Israel, aunque la Torá misma registra el título de propiedad del legítimo dueño (Génesis 23:7-20). Los restos mortales de los patriarcas aún descansan en Hebrón, esperando el sonido del shofar del gran día de la resurrección y el cumplimiento del pacto eterno que les fue jurado (ICorintios 15:22-23).
¿Qué había dicho el Eterno a Moisés acerca de la Tierra Prometida, que fue confirmado por los exploradores cuando regresaron? (Éxodo 3:8; Números 13:27)
El Eterno había dicho que era una tierra que manaba leche y miel. Precisamente así dijeron también los exploradores al regresar: “Realmente es una tierra donde la leche y la miel corren como el agua.” La tradición hebrea afirma que los exploradores dijeron: “Nosotros hayamos que Eretz Israel es una tierra
extraordinariamente fértil… los árboles están cargados con dulces, jugosos dáctiles que gotean miel. Las cabras tienen tanta leche que fluye a la tierra. Realmente vimos verdaderos arroyos compuestos de leche y miel.” (Página 154, Rabino Moshe Weissman, El Midrash Dice)
“Y volvieron (los exploradores) de reconocer la tierra al cabo de 40 días y fueron y se presentaron a Moisés, a Aarón y a toda la congregación de los hijos de Israel.” ¿Según Números 13:26-28, qué dijeron y qué mostraron los exploradores a toda la congregación?
Les contaron lo que habían averiguado y les mostraron los frutos de la Tierra Prometida. Dijeron: “Fuimos a la tierra donde nos enviaste. Realmente es una tierra donde la leche y la miel corren como agua, y éstos son los frutos que produce. Pero la gente que vive allí es fuerte, y las ciudades son muy grandes y
fortificadas. Además de eso, vimos allá descendientes del gigante Anac. En la región del Négueb viven los amalecitas, en la región montañosa viven los hititas, los jebuseos y los amorreos, y por el lado del mar y junto al río Jordán viven los cananeos.”
¿Según Números 13:31-33, cuál fue la conclusión del informe que entregaron a la congregación, cómo
respondió el pueblo?
El pueblo se dejo vencer por el temor ante el informe calumniador. “¡No, no podemos atacar a esa gente! Ellos son más fuertes que nosotros.” Los exploradores dijeron a los hijos de Israel que la Tierra Prometida que habían ido a explorar era muy mala. Decían: “La tierra que fuimos a explorar mata a la gente que vive en ella, y todos los hombres que vimos allá eran enormes. Vimos también a los gigantes, a los descendientes de Anac. Al lado de ellos nos sentíamos como langostas, y así nos miraban ellos también.”
Según Números 13:30, Caleb interrumpió el informe malo del explorador incrédulo. ¿Por qué, qué
habló al pueblo? ¿Qué podemos aprender acerca de la voz de la minoría?
Caleb quiso calmar al pueblo y les exhortó: “Debemos ciertamente subir y tomar posesión de ella, porque sin duda la conquistaremos.” Sin embargo, no le escucharon.
Por lo general, no se escucha la voz de la minoría. Sin embargo, la verdad no puede ser medida en números. Por lo contrario, a menudo se levanta contra la opinión de la mayoría. La verdad permanece inalterable debido a que está garantizada por el carácter de Dios.
Dios es verdad; lo que Él dice es la última palabra. En ocasiones, una persona tiene que levantarse solo en el
lado de la verdad. La fe de Caleb no era tan grande; él era ¡un hombre de fe en un gran Dios! Su valentía descansaba en su conocimiento de Dios, no es su confianza en las habilidades de Israel para conquistar la tierra. No podía estar de acuerdo con la mayoría, ya que eso era estar en desacuerdo con Dios. Nosotros a menudo basamos nuestras decisiones en lo que los demás están haciendo.” (Página 197, La Biblia del Diario
vivir, Editorial Caribe)
¿Qué observa acerca de Caleb y de Josué, los dos exploradores que mostraron fe en las promesas del
Eterno?
Caleb era de la tribu de Judá y Josué era de la tribu de José. Se observa que el sufrimiento del Mesías (es decir, su primera venida) es revelado en José y que su soberana majestad (el Mesías Rey, su segunda venida) es revelada en Judá.
¿En Números 13:32, cómo describe el Eterno el informe de los exploradores?
El Eterno declara que los exploradores dieron un “mal” informe. Es decir, era un informe deshonesto, difamante y calumniador.
¿Según Números 14:1-4, cuál fue la reacción del pueblo ante el informe deshonesto que recibieron?
Los hijos de Israel comenzaron a gritar, y aquella noche se la pasaron llorando. Todos se pusieron a hablar mal de Moisés y de Aarón. Decían: “¡Hubiéramos muerto en Egipto, o aquí en el desierto! ¿Para qué nos trajo el Eterno a este lugar? ¿Para morir en la guerra, y que nuestras mujeres y nuestros hijos caigan en poder del enemigo? ¡Más nos valdría regresar a Egipto!” Y empezaron a decirse unos a otros: “¡Pongamos a uno de jefe y volvamos a Egipto!”.
¿Qué más nos revela el Salmo 106:24-27 acerca de lo que sucedió? ¿Qué detalla acerca de la rebelión de los hijos de Israel y cómo nos exhorta?
Aborrecieron la tierra deseable, no creyeron en la palabra del Eterno, sino que murmuraron en sus tiendas. Por tanto, les juró abatirlos en el desierto y esparcir su simiente entre las naciones y dispersarlos por las tierras.
¿Qué nos revela Nehemías 9:16-17 acerca de lo que sucedió?
Nuestros padres obraron con soberbia, endurecieron su cerviz y no escucharon sus mandamientos. Rehusaron escuchar y no se acordaron de las maravillas que el Eterno había hecho entre ellos. Eligieron un jefe para volver a su esclavitud en Egipto.
¿Qué nos enseña Deuteronomio 1:26-33 acerca de su rebelión?
No quisieron subir a la Tierra Prometida y se rebelaron contra el mandato del Eterno su Dios. Murmuraron en sus tiendas diciendo: “El Eterno nos aborrece, nos ha sacado de Egipto para entregarnos en manos de nuestros enemigos para matarnos.” A pesar de que el Eterno les dijo que no tuviera temor y que iba delante de ellos para mostrarles el camino, rehusaron confiar en Él.
¿Qué afirma Ezequiel 20:15-17 acerca de la Tierra Prometida y de la rebelión de los hijos de Israel?
Es la más hermosa de todas las tierras, mana leche y miel. No entraron porque desecharon los decretos del Eterno, profanaron su Shabat y su corazón iba tras los ídolos. Sin embargo, el Eterno los perdonó, no los exterminó en un solo golpe en el desierto.
¿Qué comenta Pablo en I Corintios 10:11-12 acerca de los sucesos de ese día? ¿Cómo nos exhorta al respecto? “Estas cosas les sucedieron como ejemplo, y fueron escritas como enseñanza para nosotros, para quienes ha llegado el fin de los siglos.” El comentario de Pablo nos revela que no somos mejores ni más espirituales que la generación del desierto. Su incredulidad simplemente representa la triste realidad de nuestra naturaleza humana caída. Pablo concluye: “Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga.”
¿Según Números 14:5-9, cuál fue la respuesta de Moisés y Aarón ante la rebelión del pueblo? ¿Quiénes más se unieron a ellos y qué dijeron al pueblo?
Moisés y Aarón cayeron sobre sus rostros en el suelo delante de todo el pueblo, y Josué y Caleb, que habían estado explorando la Tierra Prometida, se rasgaron la ropa en señal de dolor y dijeron a todos los hijos de Israel: “¡La tierra que fuimos a explorar es buena en gran manera! Si el Eterno nos favorece,
nos ayudará a entrar a esa tierra y nos la dará. Es un lugar donde la leche y la miel corren como el agua. Pero no se rebelen contra el Eterno, ni le tengan miedo a la gente que está allí, porque ellos van a ser pan comido para nosotros; a ellos no hay quien los proteja, mientras que nosotros tenemos al Eterno, de nuestra parte. ¡No tengan miedo!
¿De acuerdo con Números 14:10, cómo respondió toda la congregación ante esa declaración de fe?
Toda la congregación dijo que los apedrearan.
¿Qué sucedió entonces?
"Entonces la gloria del Eterno apareció en la tienda de reunión a todos los hijos
de Israel.”
¿Según Números 14:11-12, qué habló el Eterno a Moisés? ¿Cuál fue la reacción y la respuesta de Moisés ante lo que el Eterno le dijo? El Eterno dijo a Moisés: “¿Hasta cuándo va a seguir menospreciándome
este pueblo? ¿Hasta cuándo van a seguir dudando de mí, a pesar de las señales que he hecho entre ellos? Les voy a enviar una epidemia mortal que les impida tomar posesión de esa tierra; pero de ti (Moisés) haré un pueblo más grande y más fuerte que ellos.” Moisés intercedió por el pueblo.
¿Cómo se asemeja esta respuesta de Moisés a la que expresó ante la rebelión del becerro de oro?
(Números 14:13-19; Éxodo 32:7-13)
En ambos casos, Moisés respondió con intercesión y apeló a la misericordia del Eterno. Preocupado por la reputación del Nombre sobre todo nombre, Moisés oró y le suplicó: “Tú, con tu poder, sacaste de Egipto a este pueblo. Cuando los egipcios sepan lo que vas a hacer, se lo contarán a los habitantes de Canaán.
Ellos también han oído decir que tú, Eterno, estás en medio de este pueblo, que te dejas ver cara a cara y tu nube está sobre ellos, y que de día vas delante de ellos en una columna de nube y de noche en una columna de fuego.
Si matas a este pueblo de un solo golpe, las naciones que saben de tu fama van a decir: El Eterno no pudo hacer que este pueblo entrara en la tierra que había jurado darles, y por eso los mató en el desierto. Por eso, el Eterno, muestra ahora tu gran poder, tal como lo has prometido. Tú has dicho que no te enojas fácilmente, que es muy grande tu amor y que perdonas la maldad y la rebeldía, aunque no dejas sin castigo al culpable. Tu amor es tan grande, perdónale a este pueblo su maldad, ya que has tenido paciencia con ellos desde
Egipto hasta este lugar.”
Una vez más el Eterno declaró que iba a destruir al pueblo que había sacado de Egipto para hacer de
Moisés una nación grande. ¿Qué nos revela la intercesión de Moisés acerca de su fe? ¿Cuáles atributos del Eterno mencionó Moisés en su oración de intercesión? ¿En qué momento los había aprendido? (Números 14:18-19; Éxodo 34:6-7)
Moisés era un hombre de fe, confiaba en el Eterno, conocía su corazón misericordioso, su paciencia, amor y
perdón. Él había aprendido acerca de estos atributos del Eterno antes, cuando intercedió por el pueblo por el pecado del becerro de oro.
¿Qué podemos aprender acerca de la rebelión del becerro de oro y del rechazo de la Tierra Prometida
(Éxodo 32 y Números 14)? ¿Qué tienen en común?
Ambas realidades terribles representan la rebelión de toda la humanidad. Son manifestaciones claras de la esencia de la naturaleza humana caída que se vio por primera vez aquel día en el huerto del Edén (Génesis 3):Rebelion a la Palabra de Dios. Mientras que la rebelión del becerro de oro es idolatría (sincretismo) que sustituye y contamina la Palabra de Dios para formular una falsa imagen del Eterno y celebrar falsas fiestas; el rechazo de la Tierra Prometida es incredulidad, fruto de la dureza del corazón. Dejándonos vencer por el temor que el enemigo nos infunde, aceptamos la derrota para regresar a la esclavitud. Simplemente rehusamos creer la Palabra victoriosa (las buenas nuevas) del Eterno.
El que es idólatra rehúsa creer la Palabra de Dios y prefiere confiar en su criterio propio y en sus propias
fuerzas. (Números 13:31-33; 14:39-45; Éxodo 32:1) Sin embargo, ésta es una receta segura para la derrota.¿Por qué?
La fe va de la mano con la victoria. IJuan 5:4: “Ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe en el
Mesías Yeshua.
¿Cuál fue la respuesta del Eterno ante la intercesión de Moisés? ¿Cuál fue el castigo que el Eterno impuso
sobre el pueblo? ¿Quiénes entrarían en la Tierra Prometida? (Números 14:20-25; Deuteronomio 1:34-39)
El Eterno les respondió: “Yo los perdono, tal como me lo pides. Pero,eso sí, tan cierto como que yo vivo y
que mi gloria llena toda la tierra, ninguno de los que ha visto mi gloria y los milagros que hice en Egipto y en el desierto, y que me han puesto a prueba una y otra vez en el desierto y no han querido obedecer mis órdenes, ninguno de ellos verá la tierra que prometí a sus antepasados. Ninguno de los que me han menospreciado la verá. Solamente mi siervo Caleb ha tenido un espíritu diferente y me ha obedecido fielmente. Por eso a él sí lo dejaré entrar en el país que fue a explorar, y sus descendientes se establecerán allí. En cuanto a ustedes, den la vuelta mañana y sigan por el desierto en dirección al Mar Rojo.” “Josué (Yeshoshua), hijo de Nun entrará allá… y vuestros pequeños, que dijisteis que vendrían a ser presa, y vuestros hijos, que hoy no tienen conocimiento del bien ni del mal, entrarán allá, y a ellos yo la daré, y ellos la poseerán.”
¿Qué hizo el pueblo después de escuchar acerca de su castigo? (Números 14:39-45; Deuteronomio
1:41-46)
Cuando Moisés les contó lo que el Eterno le había dicho, todos se pusieron muy tristes. A la mañana siguiente se levantaron temprano, subieron a la parte alta de la región montañosa y dijeron: “¡Ya estamos aquí! Vayamos al lugar que el Eterno nos ha prometido, pues en verdad hemos pecado.” Pero Moisés les
advirtió: “¿Por qué desobedecen las órdenes del Eterno? ¡Ese intento va a fracasar! No sigan adelante, porque el Eterno no está con ustedes. Sus enemigos los van a derrotar. Allá delante los esperan los malecitas y los cananeos, para pelear con ustedes y matarlos. Y puesto que ustedes han abandonado al Eterno, Él ya no está con ustedes.” Sin embargo, no escucharon la advertencia de Moisés. Subieron a la
parte alta de la región montañosa; pero ni el arca del pacto del Eterno ni Moisés se movieron del campamento. Salieron los amalecitas y los cananeos que vivían en la región, y los persiguieron hasta
Hormá, derrotándolos completamente.
¿Qué más nos revelan esas acciones acerca de la naturaleza humana?
Insiste en hacer las cosas a su manera, es rebelde, idolatra y extremadamente necia.
El autor de la carta a los hebreos nos enseña algo muy importante y hermoso acerca de la relación entre la
Tierra Prometida, el reposo (Shabat) y las buenas nuevas de salvación. ¿Qué aprendimos en Hebreos 4:1-12?
La generación del éxodo escuchó las buenas nuevas, pero no las creyeron. Los que creen las buenas nuevas de salvación entran en el reposo de la Tierra Prometida. Sin embargo, la incredulidad no nos permite disfrutar su reposo. La Tierra Prometida es el lugar de nuestro reposo. La Tierra Prometida y las buenas nuevas de salvación están inseparablemente ligadas, van de la mano. Es necesario creer su Palabra, pues es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón
¿Entonces, según el autor de la carta a los hebreos, qué estaban rechazando cuando rechazaron la
Tierra Prometida?
Por su incredulidad, estaban rechazando las buenas nuevas de salvación. Estaban rechazando el pacto del Eterno con Abraham, la promesa de la bendición en su Simiente, el Mesías Yeshua.
El reposo del Shabat representa el reposo de la redención. ¿De qué reposo nos está hablando?
Además de hablar del reposo diario que disfrutamos en el Mesías Yeshua por el perdón y la reconciliación que Él obró (Mateo 11:28-29), también habla del reposo futuro y perfecto que gozaremos en el reino mesiánico en la Tierra Prometida (Isaías 2:1-5)
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